Las heridas en el Nokia Center aún eran evidentes. Aunque el calor del público trataba de esconderlas, la derrota ante el Hapoel -una de las más abultadas de su historia- el pasado fin de semana aún escocía. Y mucho. Quizá por eso, la visita del Real Madrid se presentaba balsámica para el conjunto de David Blatt, llamado a luchar por todo al principio de temporada y que a estas alturas aún no sabe si podrá lucir entre los ocho mejores de Europa. Ante el Real Madrid, la declaración de intenciones era clara y tardó apenas unos segundos en hacerse evidente. El primer balón acabó ya en manos de Sc…