No han sido pocos los gestos que ha tenido Ancelotti con sus jugadores. Pero cuando llegó más al fondo de su vestuario fue cuando, a escasas horas de la final, se apagaron las luces de una sala del Hotel Tivoli y se dio al play. Empezaron a sucederse imágenes de familiares de cada uno de los jugadores, todos ellos mandando un mensaje de ánimo a la plantilla. Leer