Allá por mediados de noviembre del pasado año, Francia andaba sin arnés por el precipicio: había palmado en Kiev el partido de ida de la repesca del Mundial contra Ucrania (2-0) y necesitaba tres goles para sacarse el billete a Brasil. Lo logró. Hoy, siete meses después, la selección de Deschamps está virtualmente clasificada para los octavos de final del Mundial y, aún mejor, como primera de grupo, con todo lo bueno que ello conlleva si con el grupo con el que te cruzas es el de Argentina. A pesar de la baja de última hora de Franck Ribéry, Francia ha mostrado en 180 minutos ser uno de los bl…