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Hay que levantarse

Se perdió ayer el derbi, otra vez. Lo peor no es la derrota, lo peor es que se han invertido las tornas y somos el aspirante que lo intenta, pero que no llega.

Los últimos partidos contra el ATM – salvo los de la Champions, gracias a inspiración divina via el testarazo de Ramos o la fe de Chicharito- se han saldado con decepción. Todos sabíamos que nos podían ganar pese a que vinieran sin gol, sin descansar de jugar su partido de Champions y con problemas.

Durante 18 años consecutivos les hemos ganado en todas las facetas del juego. Daba igual que llegásemos en un estado de forma deplorable y que ellos llegasen en un gran estado de forma; les ganábamos.

En el fútbol, como en cualquier deporte de equipo, la fuerza mental del grupo es un factor determinante. Y es ahí donde hemos sufrido un gran salto hacia atrás.

Lejos queda lo habitual. Jugadores del ATM que se abrazan y se dan vítores antes de comenzar el partido pero son delatados por sus ojos segundos después del pitido inicial. Esos mismos ojos que he estado viendo toda la vida en los jugadores del ATM son los que ahora veo en los míos.

¿Cómo se soluciona esto?. El primer paso para solucionar un problema es reconocerlo. Nuestra mentalidad ha cambiado, vemos al ATM como un rival que nos obliga al esfuerzo, ordenado, que no comete apenas errores. Muy dificil de ganar. Y surgen dudas en algunos que condicionan el juego.

Para volver a ganar al ATM lo primero que hay que cambiar es la mentalidad. El «¡os vamos a ganar!» tiene que estar grabado a fuego en la mente de cada uno y, con el pitido inicial, tiene que ser un grito interior de cada uno. En cada jugada. Creer con fuerza en la victoria y no flaquear pase lo que pase.

En este artículo de opinión tampoco podemos obviar algo tan determinante en el resultado del partido como son las decisiones arbitrales, que nos perjudican sistemáticamente en todos los partidos importantes.

Jugábamos en casa, con un Santiago Bernabéu lleno, animando. Y en el minuto 75 se produjo un penalti clamoroso de Gabi sobre Danilo. Todo el mundo lo vió. Pero el árbitro Clos Gómez – que no estaba lejos de la acción -, inexplicáblemente, no señaló el punto de penalti. Gabi terminó el partido sin ver una sola amarilla.

Amarilla vió Ángel Correa por una entrada brutal a Danilo. Nadie discute que si esa entrada la hubiese realizado Cristiano la decisión arbitral habría sido bien distinta; roja directa y el Comité le habría metido 3 partidos sin jugar.

Por todo no podemos dejar de denunciar la situación actual.

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