El Real Madrid no falló en Anoeta. Aguantó el chaparrón inicial de los locales y se adelantó al filo del descanso a través de Illarra, que no fue bien recibido en su antigua casa. Con viento a favor, los blancos se manejaron con absoluta comodidad en el segundo tiempo. Hicieron tres goles (Bale, Pepe y Morata) y estrellaron dos remates en el larguero. Una victoria que permite al Madrid seguir a la espera del traspiés de los de arriba. El calendario corre en su contra. Leer