Mourinho le dio una doble misión: ser portero del Madrid y relevar al mito. Y el club se partió en dos bandos encarnados por dos guardametas: un genio natural y un hombre común frente a un destino descomunal. Por DIEGO TORRES
Mourinho le dio una doble misión: ser portero del Madrid y relevar al mito. Y el club se partió en dos bandos encarnados por dos guardametas: un genio natural y un hombre común frente a un destino descomunal. Por DIEGO TORRES