A Carlo Ancelotti no se le puede acusar de ser un técnico inmovilista. Trata de adaptarse a las necesidades de su equipo y a las condiciones de sus jugadores. Ayer, ante el Elche, repitió el 4-4-2 que empleó en el tramo final de la goleada al Deportivo. Todo en pos del tan preciado equilibrio. Leer