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Hasta pronto Raúl

Raúl, el 7 blanco que ya oficialmente nunca volverá a correr por el área rival, nos ha dicho hoy adiós como jugador. Atrás deja 16 temporadas de sacrificio y lucha extrema por lograr el mayor número de títulos para el Club. El esfuerzo enorme, que realizaba en todos los partidos, persiguiendo el esférico y siendo la pesadilla del contrario, tenía su prolongación fuera del campo provocando que, durante muchos partidos, tuviera que jugar injertado y con dolores.

Debutó con 17 años siendo entrenador Jorge Valdano contra el Zaragoza de visitantes, tuvo ocasiones de gol que no materializó y Valdano recibió críticas por poner a un chaval de 17 años cuando nos estábamos jugando el Campeonato Nacional de Liga. En el siguiente partido Valdano lo volvió a poner y Raúl se salió, y empezó su leyenda. Sin lugar a dudas lo mejor que ha hecho Valdano en el Madrid fue confiar en aquel niño de 17 años.

Es difícil intentar resumir con palabras lo que nos dejó Raúl como jugador. A los estadistas les dejó sus más de 220 goles en la liga, sus 59 goles en Champions League, sus 15 goles al Barça y tantos y tantos otros registros que hacen pequeño al jugador con el que se le compare. A los puristas del fútbol les dejó la definición perfecta de delantero, con su ubicación, lucha, habilidades y picardía. A los espectadores les dejó un millón de imágenes grabadas en la retina, tanto por sus habilidades técnicas como por no rendirse jamás y sacar fuerzas de la extenuación para vencer a los rivales. A los aficionados de los equipos rivales les deja alivio, ahora que no se volverán a ver con él. A los que tildan de mercenarios a los jugadores de fútbol les deja una excepción, que sin duda a servido para que no fuera la única excepción en el Madrid. Al mundo entero le dejó un ejemplo a seguir.

A los madridistas nos deja el recuerdo del jugador de leyenda que nos hizo enorgullecernos, disfrutar y ser felices tantas y tantas tardes, viendo tantas y tantas veces su característico gol levantando con el pie izquierdo el balón, como si fuera una catapulta, o como pinchaba y controlaba el balón en el área rival recibiendo un pase de 40 metros o como corría a la banda para hacer el saque porque no se estaba ganando el partido. Imposible ser madridista, pero de los madridistas que aunque haga frio, calor, diluvie, nieve o suceda lo que suceda están con el equipo, y hoy no estar triste.

Por tantas y tantas cosas, hasta pronto Raúl.

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