El partido contra el Villarreal nos volvió a descubrir a un equipo deslumbrante y la pregunta es, como en anteriores ocasiones, ¿a qué obedecen estos cambios?.
Si se estudian los «buenos» partidos salta a la vista en primer lugar que el equipo estaba conformado de una manera normal, es decir, con cada jugador en lo que sabe hacer y no inventar extrañas elecubraciones, que el jugador se integre en una misión de equipo y nunca al contrario.
Con esta disposición el Madrid, se encontró, como en casos anteriores, con un centro del campo de auténtico lujo. Y así, el proclamado juego vertical del Madrid, que no es el mismo con patadones adelante dados por cualquiera, que pases en profundidad lanzados por los que saben. De esta forma aparecerá CR9 en su versión más pura para ofrecernos como en el pasado domingo todo su repertorio con todas sus variantes de su grandísima clase. Otro que sabe aprovechar estas condiciones es el Pipita Higuaín.
En este tipo de juego es fundamental Xabi Alonso repartiendo balones a gran distancia y jugando como pivote único.
Ya que sólo tenemos a Cristiano por las bandas es preciso para abrir el campo, sobre todo contra el Olimpique de Lyon, que los laterales suban su correspondiente banda, por supuesto nunca a la vez y que su puesto sea cubierto por un compñero en caso necesario, por lo tanto Arbeloa y Marcelo deben estar muy atentos y concentrados para desempeñar esta difícil y sib embargo imprescindible misión, pero hay que desarrollarla bien porque puede ser muy peligrosa.
Todo lo dicho anteriormente son sucedidos anteriores y que desgraciadamente se han repetido varias veces, por lo tanto lo dicho; al principio, con estos jugadores vamos a hacer las cosas de forma «normal», sin inventos extraños. Y jugando así nos olvidaremos de los árbitros que no van a cambiar por muchas atrocidades que cometan, al menos de momento, ni incluso nos preocuparán los rivales, que le pregunten al Villarreal.