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Basta de lloros

Si, basta de lloros y lamentaciones, porque no tenemos derecho a quejarnos después de repetir durante toda la campaña las mismas cosas.

Esta ha sido la enésima torpeza de Pellegrini. Hemos vuelto al equipo que no sabe lo que quiere, exclusivamente luchar y meter más centímetros en el campo. Cómo es posible que después de los últimos partidos en los que el Real Madrid encontró el camino del triunfo a través de la tranquilidad y el buen juego mediante un centro del campo primoroso hemos vuelto, otra vez, a la imprecisión y los correcalles por el campo.

Con el axioma anterior es muy difícil que alguien con sentido común saque a jugar un partido de la Champions a M. Diarra que mete una buena dosis de imprecisión e ineficiencia en el centro del campo. El entrenador alegó que lo hacía por ganar centímetros de altura, dentro de poco sacará a los jugadores midiéndoles los pies. Esta equivocación no tiene nombre, todos los automatismos que el equipo había conseguido tras varios buenos partidos se quedaron perdidos en el Gerland.

Pero aquí no queda la cosa, después de las numerosas pruebas en partidos «dificiles» de Marcelo como defensa lateral izquierdo, lo vuelve a repetir en un partido de Champions con el resultado que todos vimos y que ya esperábamos. Marcelo es un buen jugador, tiene velocidad, regate y tiro, pero le falta la concentración necesaria en un buen defensa cuya primera misión es evitar el gol. A este jugador se le puede sacar de lateral si tienes a otro pendiente de él para cubrir sus huecos.

Bueno pues todo lo que hemos comentado hasta ahora, si recordáis es la eliminatoria contra el Alcorcón, ni más ni menos.

Por eso hay que dejarse de lloros y abrir bien los ojos y que alguien, que no sea Pellegrini, por ejemplo el director general prepare el partido de vuelta con un juego abierto por las bandas y con mucho manejo, posesión y control del balón. La defensa debe estar adelantada para impedir los tiros de los delanteros del Olympique desde fuera del área, donde realmente son peligrosos porque en Lyon nos metieron uno pero tiraron cincuenta.

El Madrid con los fichajes de los 250 millones tiene una plantilla para dar la vuelta con comodidad a la eliminatoria pero hace falta que alguien maneje el equipo, porque para ganar tres a cero al Xerez en el Bernabéu nos hubiera valido con la cantera, sin menospreciar a los andaluces. Alguien que sepa colocar a una rutilante estrella que tenemos y que se llama Kaká y que en Lyón corría y corría por la banda hasta arrinconarse con la raya blanca y estamos prescindiendo de su control de balón y su pase mágico. Está el pobre completamente atropellado por su ansiedad en hacer las cosas bien.

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