El Real Madrid salta a La Romareda con Casillas en la puerta, Arbeloa, Pepe, Carvalho y Marcelo en la defensa, un doble pivote con Lass y Xabi Alonso y por delante Di María, Özil y Cristiano Ronaldo, dejando a Benzema en punta.
Desde el primer minuto el Madrid es claro dominador del partido, los maños hacen lo que pueden para intentar frenar el dominio blanco pero estos se pasan y se pasan el balón sin prácticamente oposición del Zaragoza.
De esta forma tras varias jugadas de peligro llega el minuto 14, donde CR7 da un magnífico taconazo en dirección a Marcelo, que entra veloz por la izquierda, y que da un soberano pase en profundidad a Özil, que llega por la derecha, avanza unos pasos y, ante la salida de Leo Franco, le bate por debajo. Es el 0 – 1 y la confirmación del absoluto dominio madridista.
En el minuto 17, después de una buena jugada de Marcelo le llega un pase en profundidad a Benzema, al que le persiguen dos defensas agarrándole, y que no culmina ante el portero maño. Mourinho se coge un tremendo enfado por el final de la jugada.
En el minuto 25 en un salto de cabeza de Arbeloa sin ningún problema, el árbitro le obsequia con una tarjeta amarilla que no ve más que él.
En el minuto 35 una internada de Lass es cortada en el área de una forma, aparentemente, antirreglamentaria que el árbitro no ve como penalti, pero que el de negro quiere redondear pasando por alto una alevosa patada por detrás de Paredes a Di María y sin embargo, sacando una tarjeta amarilla a Marcelo, por protestar, que le supone la quinta y no podrá disputar, el próximo domingo, el partido contra el Sevilla, cosa típica entre los afectos a Villar.
El Madrid sigue dominando sin ningún problema y llevando el control del partido y las ocasiones de peligro. Así, en el minuto 43, se produce una clara falta a Özil como tres metros fuera del área grande, se forma la barrera y CR7 lanza un balón por encima de la misma barrera que sube y baja rápidamente, introduciéndose en la portería ante la atónita mirada de Leo Franco que no entiende lo que ha pasado. Es el 0 – 2.
Comienza el segundo tiempo y en el minuto 2 un pase en profundidad de CR7 es aprovechado por Di María que desborda en velocidad a la defensa y cuando sale el portero se la levanta por encima. Bonita jugada que significa el 0 – 3.
En el minuto 5 estupenda jugada de Benzema que regatea por detrás al defensa y este le derriba en el borde del área. Es el último jugador pero sólo ve la amarilla. Es la misma posición que en el tercer gol del Madrid. Vuelve a tirar CR7 y un defensa del Zaragoza salta con los brazos al aire, el balón le golpea en el codo, y el árbitro mira para su casa. Pero dos minutos más tarde, Carvalho trastabillea con Bertolo y el ábitro señala inmediatamente penalti. Es indignante el color del cristal de los árbitros, se tira este y supone el 1 – 3.
A partir de este momento el Zaragoza se siente animado por la superioridad numérica y ataca más a menudo, pero el partido lo sigue controlando tranquilamente el Real Madrid, como se ve en el minuto 18 donde una bonita jugada de CR7 para Benzema, pero tira muy flojo y el portero detiene el balón.
En el minuto 20 Cristiano se lo piensa demasiado para disparar y pierde la pelota.
El partido no supone ningún peligro para el Madrid que sigue controlando, el problema surge en el minuto 30 en una entrada normal de Xabi Alonso el árbitro le saca la amarilla que supone la quinta y tampoco podrá jugar ante el Sevilla. ¿Los de negro llevarán la cuenta?. Son tantas coincidencias que hacen sospechar.
En el minuto 33 Granero sustituye a Benzema que hoy tampoco ha tenido su noche.
El Madrid sigue atacando y en el minuto 37 hay una gran jugada de Lass que finalmente para el portero.
En el minuto 39 Mourinho da por bueno el resultado y cambia a Özil por M. Diarra.
En el minuto 44 Morata sustituye a Di María y nada más salir recibe un pase en profundidad de Lass que rebasa al portero y este le derriba, el claro penalti tampoco es pitado por el árbitro que sigue mirando para su casa.
Y así termina el partido.
El Real Madrid ha vuelto a dar la impresión de un equipo bien conjuntado, sin pasar apuros en ningún momento y llevando el partido con total facilidad.